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Este día celebramos 212 años que el cruceño levanto su voz con ímpetu demostrando su valentía y ansia de tener una Santa Cruz prospera. Hoy en día el pujar de aquel pueblo se nubla bajo conceptos e ideas sobre lo que significa ¨ progreso ¨. Hay quienes creen fervientemente que mantener losetas en las calles del centro detiene el progreso y, por otro lado, están los que rechazan la modernidad de la zona por miedo a perder parte importante de su ¨ cultura cruceña. Sin embargo, esta lucha entre progreso y cultura no está contemplando lo que realmente importa ¿Qué necesita Santa Cruz?

En primera instancia debemos remontarnos a esta Santa Cruz de antaño allá por 1966 que luego de años de lucha y dificultades para la aprobación de la pavimentación de las calles de la ciudad, por fin dio luz verde bajo la firma del Ingeniero Rolando de Chazal (Jefe del departamento técnico del comité de Obras Públicas de la época). No obstante, la solución que se brindó fue utilizar losetas, bloques de hormigón hexagonal de resistencia de alto tráfico con vida útil de hasta 30 años, entre sus ventajas está su fácil manejo de transporte y colocación, ya que no necesita de mano de obra especializada, de igual manera su capacidad de drenaje y la posibilidad de sacarlos o colocarlos de forma simple y económica en el menor tiempo posible. El Ingeniero Rolando de Chazal con la visión de un pueblo creciente comento ¨ Santa Cruz es una ciudad en constante crecimiento, habría que romper el pavimento con frecuencia para ampliar las redes de agua, alcantarillado, electricidad, gas y teléfonos, con los mosaicos se evita eso. Si se precisa realizar una excavación, basta con retirar los mosaicos y luego volver a colocarlos.¨ Los trabajos de enlosetado de las calles cruceñas, inicio el 15 de septiembre de 1966, donde el Dr. Melchor Pinto, presidente del comité Pro Santa Cruz en aquella época, tuvo el honor de colocar la primera loseta en la esquina del club social, sobre la calle libertad, marcando un hecho histórico de nuestra ciudad. 3 años más tarde, el amanecer de Santa Cruz veía sus calles enlosetadas hasta el segundo anillo, con vecinos presenciando una época de florecimiento y prosperidad.

En la actualidad nuestro casco viejo es todo lo contrario a lo que contaban nuestros padres y abuelos, tristemente está en declive, con casas culturales desatendidas, con infraestructuras deterioradas, con desorden en el tráfico vehicular y una población que añora ver sus calles revitalizadas. Para tener una gentrificación exitosa se debe pensar de manera global, jerarquizando y priorizando los pasos a seguir, planificar de manera eficiente junto a empresarios, comerciantes, vecinos y autoridades para llegar a tener un casco viejo, renovado y prospero. Si bien existe la iniciativa de varios por reactivar la zona, ya sea de manera comercial, cultural o personal, se presentan muchas dificultades por reglamentos o leyes municipales que desatienden las necesidades y desaniman a cualquiera que lo intente. La zona además de ser insegura físicamente por falta de buen alumbrado público, lo es también en estabilidad económica, por la falta de incentivos del gobierno y la poca afluencia de la población por diversas razones como ser el tráfico, la falta de parqueos, pocos espacios peatonales, entre otros.

Ahora, este símbolo que alguna vez fue de progreso, ahora considerado como parte de la cultura cruceña que está causando desagrado y disturbios en nuestra población, ¿Debe ser el enfoque principal estos momentos para ver nuestro centro revitalizado una vez más?