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Una de las cosas que nos caracteriza como humanos es el conocimiento que poseemos, y esto se debe al traspaso de información de generación en generación. En varias profesiones es normal que el egresado haga prácticas en el “mundo real” antes de poder ejercer de manera independiente. En la profesión de arquitectura, a lo largo de la historia hemos visto como grandes arquitectos han tomado pupilos y compartido todo su conocimiento hacia ellos, los cuales tomaron con mucho entusiasmo creando proyectos que sentaron un precedente en la historia y repitiendo este proceso de traspasar la información a sus nuevos pupilos.

 

¿Qué gana el pupilo y que gana el maestro?  El pupilo gana muchas cosas, entre ellas la posibilidad de ver la verdadera realidad del ejercicio de la profesión, ya la mayoría de los pensum de esta carrera no incluyen la enseñanza del manejo de una oficina de arquitectura ni su aspecto comercial, ni tampoco coordinación con otras profesiones. Gana también estar expuesto al conocimiento de arquitectos de mayor jerarquía y poder practicar sin ser completamente responsables de sus errores ya que tendrán la posibilidad de que alguien lo revise. El maestro por su lado gana mentes frescas en su estudio, gente que no ha sido contaminada por el entorno de la profesión pues es muy común tener gente desilusionada y ejerciendo en “modo crucero”. Esta infusión de sangre nueva ayuda a dinamizar estudios y probar cosas nuevas que pueden o no resultar siendo parte de nuevos diseños innovadores.

 

Fue tanta la fe del maestro Frank Lloyd Wright que llego al extremo de formar el instituto Taliesin West donde no solamente tenía sus oficinas si no que albergaba a una cantidad de pasantes interinos que formaban parte de su estudio y los entrenaba. Entre estos afortunados estuvo Euine Fay Jones, que ya vimos en nuestros anteriores posts fue reconocido con la medalla de oro de AIA en 1990, su arquitectura tenía rasgos innegables del maestro Frank Lloyd Wright, si no podríamos llamarla una extensión de aquella. Nuestro director de diseño el arquitecto Carlos Daniel Chain tuvo la fortuna de poder realizar sus pasantías en la oficina de Fay Jones, donde curiosamente aun en el año 2005 se dibujaba a mano. También es muy sabido que el maestro Le Corbusier mantenía una cantidad de pasantes muy apasionados en su atelier de Rua de Sevres, y ni que hablar del arquitecto americano Philip Johnson que fue conocido no solamente por mantener pasantes, si no por también involucrarse románticamente con ellos.

 

Entre las cosas que el egresado debe tener en cuenta al momento de escoger su pasantía es saber dónde se encuentra la debilidad de su formación actual y tratar de reforzar la misma mediante las practicas. Idealmente el estudiantes o egresado haría una pasantía en una oficina con la que comparta la filosofía de diseño, y también admire la misma, pues no tendría sentido forjar un camino en un lugar con el que no se comulgue intelectualmente.

 

Nosotros en Chain y Asociados tenemos un programa de pasantías bastantes robusto, que ha resultado en la contratación de varios estudiantes que lo han recorrido. Primero seleccionamos solamente a los estudiantes que consideramos más capaces, y que vemos que comulguen con nuestra filosofía de diseño y estén al tanto de la tecnología de la profesión. Luego tratamos de ponerlos en un lugar donde aprendan la dinámica y la jerarquía de la oficina, para que se puedan ir ambientando. Primero se le da un trabajo de “calentamiento” donde medimos sus habilidades “en cancha”, luego cuando ya ha tenido un mes más o menos de ambientación le damos algún ejercicio de diseño, donde muchas veces los hemos visto fallar por no tener experiencia con las demandas reales de la clientela, pero muchas veces nos sorprenden y nos dan una mirada fresca con soluciones nuevas a problemas antiguos. Si te interesa aplicar o conocer más sobre nuestros programas de pasantías nos puedes contactar mediante nuestra web www.chainyasociados.com .